Pues resulta que a veces soy un poco ingenua.
Suelo ser rápida mentalmente y las capto al vuelo, pero tengo algún bug por ahí.
Y más si el tema es «sensible».
Llegaba yo el miércoleses acelerada a mi casa después de hacer cienes de recados cuando me encuentro con El Hombre Malo y Somófrates en el portal.
– Hola! Aquí traigo la tarta para mañana, nada, de ricotta y fresas y ya tengo pensado lo que vamos a cenar: unos espárragos, foie, una ensalada de tomate, bonito y cebolleta, he encargado un par de tortillas de patata y cogeré unas croquetas debajo de casa…
HM – ¿No nos quedaremos con hambre?
Heike – ¿Tú crees? Si tenemos tarta…
Pero fue oir la palabra hambre siendo yo la anfitriona y entré en bucle.
Hablé con Be, hablé con Agur, hablé con Somo… y todos me decían que cómo nos íbamos a quedar con hambre. Pero yo tenía miedo.
Así que como se han retrasado mis cañas cumpleañeras tenía la tarde para ir al super a hacer las últimas compras.
Y entre unas cosas y otras quedé con Somo para que me acompañara.
– Somo, tú vas de controlador ¡eh! No me dejes comprarme muchos caprichos y manténme a raya.
Las narices, el tío me decía: ¡coge otra barra de pan! ¡coge más espetec! ¡cómprate ese reblochon, que es tu cumpleaños!
Después nos tomamos unas cañas mientras abríamos nuestros corazones hablando de gatos. Y de choripolleces (gran término).
Y después llegó la hora de preparar la cena.
Mientras la preparaba yo seguía pensando que no era tanto.
Paso a relatar…
Queso idiazábal, foie (bastante), pan con tomate rallado, espetec, espárragos, ensalada (como para una boda), dos tortillas de patatas y 24 croquetas.
Éramos seis a cenar.
Fue al sentarme cuando me di cuenta de que me había pasado «un poquito».
Y entonces vino «cuando la matan».
Me dijo el Hombre Malo que el día anterior su comentario era… irónico.
Agur les riñó por conjurar a mi vena bilbaína con mi ingenuidad en mi contra. Él no sabía lo que hacía.
Ha sobrado tanta comida…
Y además me voy de puente y no me he podido comer (como es evidente) el mango que me compré de postre (para después de la tarta, soy una animala) ni saqué el reblochon.
Pues déjamela a mí, que me he quedado solo este finde, y no tengo compra hecha! 😀
reclamaciones a mis compis de piso…
MWAHAHAHAHAHA!!!
Comí tanto que siento mis piernas nutridas.
Moló mil. Como Pantera.
Si lo sé me paso a hacer de coche escoba… 😀
Ummm… qué hambre…. pero qué poco saque tienen por ahí, no?
Yo haría lo mismo, sólo que no necesitaría ningún comentario, ya me sale la sangre gallega por ese lado. Hay que romper la mesa bajo el peso de la comida!! xD
Ayyy alma candida, mira que fiarte… no sabes que nuestros primeros instintos son los que valen? jejeje, y oye, para la proxima, si se quedan con hambre, que se hagan un bocata, como dice mi madre, que para algo tienen 2 manos, nos han joio… pero, a pesar de la comida que sobro, lo pasasteis bien no? pues al final eso es lo importante, lo demás a la nevera (lo que vaya a aguantar) y llegado el caso el lunes a la vuelta lo re-celebrais y listo, que para chulos los de Bilbao.
uy uy uy… eso es un síntoma claro de síndrome de Aspeger… te sientes identificada de alguna manera con Sheldon Cooper, el de Big Bang Theory? no te disfrazarías de efecto Doppler en los pasados carnavales, verdad? jajaja
Asperger, quise decir Asperger! jajaja
Gracias a la comida que sobró no me morí de un coma etílico el sábado por la noche… Te aviso, noto las musas volver a mí, verás cuando veas toda tu vida en las pantallas de QaD…
Grito de guerra: Pantera mola mil!!!
Somo… una vez más…
Eme A, pues habría venido bien!
Biónica, es que me pasé, que ya te digo yo que esta gente tiene un saque que parecen de Mungia…
Idoia, eso es lo que me decía mi amiga Agur. Si se quedan con hambre que se hagan un bocata
Neo, no me podrías haber descrito mejor! Este blog es el típico de alguien con Asperger
Be, correcto, Pantera mola mil. Lo que nos sorprendió es tu grito de guerra después de haber discutido sobre Hombres G. BTW, todavía no sé a qué Pantera te refieres..
[…] ejemplo, no debo dejarme influir por la opinión ajena tanto. Porque después de la exageración, el otro día metí la gamba. Me confié pensando que una fiesta para 25 era mucho más fácil de […]